Ya estás cansado del pochoclo? En busca del buen cine tiene la solución... CINE EN SERIO

martes, 28 de julio de 2009

Dazed and Confused (USA, 1993)

“Me suena, me suena…ese nombre lo conozco de algún lado” puede estar pensando el lector en este momento –y, más probablemente aún, si es un aficionado al rock. Se trata, de hecho, del título de una canción que popularizase Led Zeppelin. Si bien el film se conoce en español como “Jóvenes desorientados”, una traducción un tanto más literal podría ser “aturdidos y confundidos” que, como se verá, es una condición que comparten gran parte de los protagonistas. Pero de ninguna forma la duplicidad del nombre se trata de una casualidad o una coincidencia sino que el rock es un ingrediente clave de la película…
La acción transcurre el último día de clases en un colegio más de los tantos que hay en los Estados Unidos. El año es 1976 y el país se prepara para festejar sus doscientos años de vida. Podría asumirse que este hecho conduce a la reflexión a los jóvenes y adolescentes que pueblan las clases, eternamente considerados el futuro de las naciones; es decir, los responsables por el acontecer de la patria. Sin embargo, los personajes desarrollados por el director y guionista Richard Linklater (quien alcanzara la fama por la saga “Antes del Amanecer” y “Antes del Anochecer”) no se muestran muy preocupados ni alterados por el hecho antes mencionado. Más aún, sólo parece importarles disfrutar del presente sin reparar en el devenir ni en los deberes y obligaciones futuras.
Pero, claro, ese disfrutar del presente no implica lo mismo para todos los estudiantes. Cada cual, o mejor, cada grupo lo hace a su manera. Así, y en eso radica uno de los puntos fuertes del film, se muestran las diferentes perspectivas según los diversos grupos. Más allá de los estereotipos infaltables (los deportistas, los nerds, los fumadores de marihuana, los amantes de autos), lo interesante de la película es cómo muestra las interacciones dentro de cada uno de los grupos, entre los individuos que los componen. En este caso, además, se va más allá de aquello y se muestran también los tratos entre los distintos conjuntos y la dinámica que rige las relaciones entre estos muchachos y muchachas tan disímiles y, a su vez, con tanto en común. La responsable de otorgar sentido, rumbo y cohesión a esta narración es la banda sonora. Fiel representante del espacio / tiempo en cuestión, constituye un compendio esencial del rock de principios y mediados de los 70s. Se hace presente, con notable criterio y oportunismo, en cada situación que amerita un vínculo entre los protagonistas o para encadenar los diferentes sucesos y acontecimientos.
Como dato curioso e interesante, se puede mencionar la presencia de un joven Ben Affleck en el papel, muy bien logrado por cierto, del más veterano de los estudiantes: ése que no es muy brillante, que ha repetido varias veces y que parece disfrutar de sobremanera hostigando a los alumnos nuevos o más jóvenes. También se puede identificar a Matthew McConaughey en otra exhibición de talento, representando a un egresado y ahora trabajador cuyas prioridades son los autos y las chicas que aún asisten al colegio. Y, por último, otra presencia que vale la pena destacar es la de la bella Milla Jovovich en un papel –debe reconocerse- prácticamente irrelevante pero acorde al film: basado en la estética y, si se quiere, en la importancia de la inacción…

Publicado por BC

martes, 21 de julio de 2009

The Adventures of Sebastian Cole (USA, 1998)


En la segunda entrega de este reciente blog se presenta una película un tanto más personal y, si se quiere, subjetiva que la anterior en cuanto a sus atributos. No por ello deberían dejar de verla; por el contrario, es muy probable que alguno de los detalles que ornamentan y caracterizan el film los atrapen y seduzcan como lo hicieron con quien escribe. Se trata de una película con un agudo sentido del humor, una exquisita banda sonora y un vestuario acorde a 1983 (año en que transcurre la acción), con todo lo que ello implica.

Como su título lo sugiere, The Adventures of Sebastian Cole narra las acciones del mismísimo Sebastian Cole. El se encuentra cursando su último año de colegio secundario y, como puede esperarse, presenta las mismas dudas e inquietudes que cualquier joven de su edad y en su situación. Lo único que diferencia claramente a Sebastian del resto de los estudiantes es, quizá, su familia. Su madre acaba de separarse de su segundo marido, lo cual no tiene nada de extraño excepto por la razón del divorcio: su marido Hank ha decidido someterse a una operación para cambiarse de sexo. No sólo eso, sino que va a comenzar el proceso vistiéndose con ropa de mujer y haciéndose llamar Henrietta. Como puede fácilmente intuirse, el anuncio genera el caos en la familia: la hermana de Sebastian huye con su novio en moto mientras que él es arrastrado a Inglaterra por su escandalizada madre….

La vida en la isla anglosajona no seduce al joven, quien decide emprender su regreso. Es así como retorna al pueblo de Dutchess County, más específicamente a la casa de Henrietta. Sebastian ha decidido embarcarse en tantas aventuras y faenas como sea posible, con la idea de que las mismas sean capaces de generar relatos y anécdotas que alimenten sus ansias de ser un reconocido escritor. Mientras transita las mencionadas vicisitudes (son las mismas que dotan de personalidad y originalidad al film por sus estrambóticas peculiaridades -dentro de la inminente banalidad de la vida en una pequeña cuidad), debe a su vez lidiar con su desesperación por finalizar el colegio –aún si no sabe bien con qué fin- y con el hecho de aceptar como imagen paterna y de autoridad a un transexual, con el que mantiene una relación inestable. No resulta difícil intuir que las dos últimas circunstancias aportan de por sí material de lujo para las andanzas del héroe.
El protagonista se enfrenta con el harto conocido dilema de quien vive en un poblado y desea abandonarlo a la mayor brevedad posible porque ha visto un mundo diferente y sabe que hay algo más allá. Sin embargo, llegado el momento no resulta tan fácil la decisión: casi sin darse cuenta, se han desarrollado entre Sebastian y el pueblo vínculos fuertes, más fuertes quizás de lo que él mismo esperaba: sus amigos, su familia (o lo que queda de ella), la chica con quien sale…después de todo, irse adónde? En busca de qué? Y aquí, querido lector, requiero de su ayuda porque lamentablemente no tengo la respuesta a tales interrogantes….Ojalá que usted sí.

Publicado por BC

miércoles, 15 de julio de 2009

Buffalo ’66 (USA, 1998)


No es casualidad que haya elegido este film para darle comienzo a este incipiente blog. Más allá de ser en lo personal una de mis películas preferidas, es innegable su calidad desde cualquier punto de vista mínimamente racional y objetivo. No es que busque generar adeptos ipso pucho, pero siempre es bueno comenzar con el pie derecho.
Buffalo 66 narra las acciones de Billy Brown, quien acaba de salir de prisión. Interpretado magistralmente por Vincent Gallo (quien, además, escribió y dirigió el film), Billy es un joven problemático, claramente traumado y resentido que se reencuentra con la libertad prácticamente contra su voluntad. No tiene qué hacer ni adónde ir. Su único amigo es un otario (por emplear un término tanguero y que sirve para camuflar un eufemismo que el lector podrá develar al ver la cinta), sus padres son por demás excéntricos y no tiene una novia esperándolo en casa. Se reconforta hostigando a su amigo Rocky, jugando al bowling o recordando a su amor de la secundaria. Su única motivación es la venganza, que en su caso se personifica en el jugador del equipo de Buffalo que años antes erró la conversión final en el Súper Bowl. Resulta que Billy había apostado fuerte (más de lo que tenía) al triunfo, y el resto…pueden imaginárselo.
Billy opta entonces por visitar a sus padres, pero para impresionarlos decide llegar acompañado de su novia (a quien secuestra minutos antes). La bella Layla es interpretada por la versátil Christina Ricci y enseguida deja verse atraída por las insólitas demandas de su secuestrador. Pero claro, ella es muy poco para un galán como Billy, quien siempre estuvo acostumbrado a las mejores mujeres. Durante la visita transcurren quizás las escenas más memorables del film, gracias al aporte de una irreconocible Anjelica Huston como la madre y de un soberbio Ben Gazzara como el padre. Ellos permiten claramente al observador identificar de dónde vienen las inseguridades del otrora vil y taimado (comienza a gestarse un sutil pero certero cambio en la percepción del espectador) Billy.
Finaliza la visita y Billy decide llevar a cabo su plan de venganza contra el ahora decadente ex jugador Scott Woods. El problema es que Layla no quiere alejarse de él, obligándolo a tomar una decisión: o lleva a cabo su idea, con todo los riesgos que ello implica, o deja atrás el pasado y enfrenta –por primera vez acompañado- un futuro que tiene algo, por más pequeño e insignificante que parezca, de promisorio.

Para finalizar, me gustaría dejar en claro qué es lo que me gusta tanto acerca de esta película. Y eso se lo debo al Sr. Gallo. Su encarnación en Billy Brown desata un personaje sumamente único; es caprichoso, vanidoso, egoísta y lunático pero aún así genera una estupefacta admiración que proviene del reconocimiento de uno mismo en esa misantropía que, si bien es exagerada, está presente en ciertos momentos de toda vida. Será, quizás, porque desde su interior Billy (aunque por momentos cueste bastante notarlo) produce la mencionada empatía es que deseamos que deje de lado su plan y se quede con Layla para comenzar de nuevo, pero…

Publicado por BC