Ya estás cansado del pochoclo? En busca del buen cine tiene la solución... CINE EN SERIO

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Der Name der Rose (Alemania Occidental – Francia – Italia, 1986)




La película que se presenta es una adaptación –lograda, por cierto- de la novela del semiólogo (por nombrar sólo una de las facetas del intelectual italiano) Umberto Eco. Fue esta recreación histórica, publicada en 1980 pero que transcurre en la Edad Media, la obra que lo catapultó a la fama. Algunos años después llegaría la versión cinematográfica, de la mano del realizador francés Jean-Jacques Annaud (Siete años en el Tíbet, Enemigo a la Puertas, El Amante –otra adaptación de un texto notable, esta vez de Marguerite Duras). La misma acierta en la recreación de aquellos tiempos oscuros tanto en lo ambiental (por la obvia carencia de luz eléctrica) como en lo intelectual, con el hombre paradójicamente mirando siempre hacia arriba pero viendo cada vez menos. Fueron aquéllos tiempos marcados por la obsesión religiosa y la obtusidad mental, tiempos en los que el temor reinaba y la independencia del pensamiento era vista como una amenaza. Es allí, querido lector, donde invita a sumergirnos la propuesta.      

El Nombre de la Rosa narra las acciones de Guillermo de Baskerville (una actuación deslumbrante de Sean Connery), un monje franciscano de agudo ingenio y vasta cultura que es convocado de urgencia a un monasterio benedictino en Italia. El año es 1327. Son tiempos de crisis para la Iglesia Católica. La autoridad Papal se ha trasladado de Roma a la ciudad francesa de Avignon. La incipiente orden Franciscana, por su parte, pregona la austeridad y la carencia de bienes materiales como el camino para llegar a Dios. A pocos días de una reunión clave entre la Delegación Papal y los Franciscanos para dirimir asperezas, una misteriosa muerte tiene lugar en el recinto. La conmoción reina en la abadía, reconocida por una frondosa colección de manuscritos que atrae a frailes de los cuatro puntos cardinales que acuden allí para copiar los textos y llevarlos de vuelta consigo. Así es como entra Guillermo en escena, acompañado de su ayudante y discípulo Adso (un joven Christian Slater).

A medida que progresan las investigaciones de los protagonistas, que van desnudando secretos de este supuesto “templo del saber” y sus intereses ocultos, se van produciendo nuevas muertes. Inevitablemente, el asunto llega a oídos de la Santa Inquisición –que no tarda demasiado en hacerse presente en el lugar, liderada por el infame Bernardo de Gui (F. Murray Abraham). Comienza entonces una carrera contra el tiempo para encontrar a los culpables de los homicidios, antes que la retrógrada influencia del tribunal comience a asignar culpas y penas –con resultados que se prevén nefastos.

El personaje encarnado por Connery resulta fascinante, y remite a las mentes más brillantes del Cristianismo (Agustín de Hipona, Guillermo de Occam o Emanuel Swedenborg). Su análisis de la influencia del humor en la Poética, de Aristóteles, y la discusión al respecto con un párroco dogmático resulta uno de los puntos más altos de la producción. Eco plantea el peligro del fundamentalismo y resalta la importancia de la apertura mental y las perspectivas múltiples como antídoto eficaz frente a ese mal. Como dato de color, cabe mencionar que el autor desarrolló un personaje a modo de homenaje a uno de sus escritores predilectos. Es ciego, está a cargo de la biblioteca y se llama Jorge… Otorgar más pistas implicaría subestimar su inteligencia. Por lo demás, es esta una gran oportunidad de ejercitarla.

Publicado por BC

No hay comentarios: